¡Se ha anunciado un nuevo juego de Yoshi para este 2018!
Finalmente
nos hicimos con una Nintendo Switch. Los juegos genial, la consola… No tanto.
Nada
más abrir la caja encontramos el núcleo de la Switch, similar a una pequeña
tablet con una pantalla y dos ranuras, una de ellas para la tarjeta del juego y
otra para una tarjeta SD para expandir la memoria de la consola (Bastante
necesaria, ya que muchos juegos carecen de formato físico y se tendrán que
descargar desde la eShop de Nintendo, y el núcleo tiene poca memoria). Dentro
de la caja encontramos los dos Joy Con, los dos pequeños mandos que se pueden encajar
al núcleo de la Switch para llevarla cual videoconsola portátil.
Debajo
encontramos varias piezas más, por un lado está el Dock, una pieza negra en la
que se encaja el núcleo de la consola para conectarla a la televisión y a la
vez expandir su potencia, también viene el Grip, que es una pieza negra en la
que encajan los dos Joy Con para darles la forma de un mando de videoconsola
tradicional. Por último tenemos el adaptador de corriente, el cable HDMI para
conectar el Dock a una televisión y dos raíles que encajan en los Joy Con para
convertirlos en mandos independientes.
La
idea es fantástica, eso no se lo puede quitar nadie, de haberse pulido más los
detalles y no haberse pasado una miaja con el precio, sin duda sería la mejor
videoconsola del mercado… Pero no es así.
Tiene
fallos serios, como que los raíles no encajan bien y hay que hacer fuerza para
desmontarlos. La batería dura muy poco y tarda mucho más en cargarse, además de
que el núcleo se sobrecalienta a una velocidad de vértigo, es mala idea
cargarla mientras se juega o simplemente apoyar el núcleo de forma que no deje
las ranuras de ventilación al aire, y cuando digo que se sobrecalienta me
refiero a que el sistema de seguridad salta y la consola se apaga sola para no
incendiarse. Los botones son demasiado pequeños para alguien con las manos
grandes y os recuerdo que el online va ha ser de pago a partir del año que
viene.
Solo
la recomiendo a los fans de las franquicias de Nintendo y a gente con los dedos
pequeños pero la cartera y la paciencia grandes.
Además
me he enterado de que Nintendo está haciendo cosas muy feas en Latinoamérica,
como evitar su importación a la mayor parte de países y venderla solo en
Argentina por 13.500 pesos, que son algo como así 600 euros, el doble de lo que
vale en cualquier otra parte del mundo. Una consola como Switch no debería
exceder los 150 euros, no vale tanto.
A propósito,
en la versión “azul y roja” de la consola, los colores no son los mismos que
los del anuncio ni los de la caja, el Joy Con izquierdo es de un tono azul
bruma, mientras que el derecho es de un color salmón fosforescente que hace
daño en los ojos. Puede parecer una chorrada, pero si ni siquiera los colores
de la carcasa están bien, dice bastante poco del empeño que ha puesto la empresa en
su producto. (Maldita sea, Hasbro, Celestia es de color blanco, no magenta,
¡habéis arruinado My Little Pony!)
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