Capitulo 3: Galerias subterráneas
Nada más entrar en aquel lugar, un escalofrió recorrió en cuerpo de Winkel, para tranquilizarse, miró al Abuelo, que seguro que estaba feliz por explorar una mina, aun que a Winkel le recorrió otro escalofrió al ver la mueca de nerviosismo del Abuelo, entonces un Öjitos con cara de enfadado dijo:
Öjitos: Baya, baya… ¿Con que dos gamberritos, eh?
Winkel: Eeeeh… Ummm… ¡Él, es el gamberro, yo no!
Abuelo: ¿Pero qué…?
Winkel: ¡S-si! ¡Es, es, es un gamberro, le eh visto yo!
Abuelo (Disimuladamente): Pssst, calla.
Winkel: ¡Él, el, yo no!
Öjitos: ¡Los dos! ¡No lleváis casco, podríais perforaros la sesera con una estalactita!
En aquel momento, el Öjitos de delante sacó dos cascos como de la nada y se los puso a Winkel y al Abuelo, mientras Winkel y el Abuelo se abrochaban el casco y encendían la frontal, el Öjitos mencionó:
Entonces, el Abuelo y Winkel entraron en la mina, tras un rato de andar con rumbo perdido encontraron una sala cuadrada, allí avía colgado en una pared una forma de metal pintada de rojo, parecía que pusiese “-1”, en aquella misma sala estaba un Öjitos sentado en el suelo, y como no, el Abuelo le dijo:
Abuelo: Perdona, pero ¿Qué te pasa?
Öjitos: Que estoy triste…
Winkel: ¿Qué te pasa…?
Abuelo: Escuche, Winkel, así no se dirige al capitán a un miembro sentado en el suelo sin hacer nada.
Winkel: ¿Pero Abuelo…?
Abuelo: Tranquilo, se hace así: ¡¡¡¡¡DEJA DE HACER EL IMBÉCIL Y TRABAJA, SO GANDUL!!!!!
Öjitos: ¡Ay, ay, aaaaaay!
Entonces el Öjitos recogió su pala y salió pintando de allí.
Abuelo: ¿Ves? ¡Así es como se ha de tratar a un irresponsable que se escaquea de trabajar haciéndose el pobrecito!
Winkel: No sé si es la mejor manera de tratar a los que te ayudan…
Winkel: ¡Abre la puerta!
Entonces el Öjitos rompió en sollozos y dijo:
Öjitos: ¡Esta puerta no se puede abrir!
Entonces Winkel se fijó que avía una cerradura, la puerta tenía pinta de ser del 1800 A.Ö. el abuelo dijo:
Abuelo: Podríamos buscar otra salida.
Nada más cerrar la boca, fueron directos a buscar otra salida, pero se olvidaron que la grieta por donde cayeron se cerro, entonces, el Öjitos de la puerta señalo una tubería amarilla que conectaba directamente con el principio, entonces siguieron caminando por las galerías sin rumbo entonces encontraron como otra tubería, pero esta roja, aparecieron en el segundo piso, y se fijaron que avía una escalera que subía por otro agujero por donde salía luz, frio y… ¡Nieve! Entonces Winkel subió ¡Era el pico de la montaña! Winkel vio a otro de la peña mirando hacia la lejanía y brincando de alegría, entonces, Winkel salió corriendo hacia el Öjitos, pero se tropezó con algo, miro, se la avía quedado enganchado en el dedo algo, en ese momento se le pasó algo por la cabeza a Winkel:
Winkel (piensa): ¡Ya se, inventare los zapatos!
Por muy raro que parezca, han diseñado automóviles, ordenadores e incluso naves espaciales, pero zapatos no, bueno, eso ya es otra historia… Lo que se le avía enganchado en el pie era una llave, el Abuelo siguió como pudo a Winkel, que fue disparado al final, coloco la llave en la cerradura de la puerta, y esta no se abrió, entonces, Winkel empujo con todas sus fuerzas, la puerta cedió y se rompió en mil pedazos, lo que no se esperaba nadie es que al desaparecer la puerta, toda la mina cedería, por muy triste que parezca, murió casi toda la peña, todos menos Winkel, el Abuelo y el Öjitos de la puerta…
Continuara...
No hay comentarios:
Publicar un comentario