AL2: La búsqueda de la isla principal.
Principio:
Lo consiguió, ya no quedaba ni un triste Gubbo en todo el territorio. Pero de eso ya hace dos años, en todo ese tiempo no ha vuelto al mundo en cuestión. Vive en un apartamento de tres al cuarto, comiendo de la sopa que dan a los sin techo, pero hace poco, le pillaron los dueños del apartamento, por lo que parece, Alfonso llevaba sin pagar más de tres meses, y lo echaron del apartamento, le embargaron todo lo que era suyo del apartamento, es decir, todos sus recuerdos del territorio perdido; Libros de la ciudad subterránea, Bloques XD, la leyenda de XD…
El pobre vivía en un banco de la calle, con una maleta en la que llevaba la ropa que se había podido quedar. Seis días después, empezó una gran tormenta, llovía a cántaros, con impresionantes relámpagos que cubrían la ciudad momentáneamente de un claro resplandor que molestaba en los ojos. Alfonso, agonizando, recorrió media ciudad, sin encontrar ningún puente bajo el que poder cubrirse ni tampoco ningún portal en el que acurrucarse, caminaba erráticamente por las calles, hasta que escuchó un sonido acercándose por detrás, se giró para ver lo que era, solo pudo ver dos grandes focos, ya que cuando se dio cuenta de que era un coche ya le había pasado por encima. Un hombre bajó del coche y se acercó a Alfonso, asustado, el hombre subió otra vez al coche y se alejó rápidamente dejando una estela en el gran charco que cubría la calzada. Antes de cerrar los ojos, escuchó una voz que le resultó familiar.
Se despertó en una cama, con un dolor de cabeza atronador, frente a él había alguien que conocía, pero no acertaba a saber quién era. Era un hombre que vestía una ropa bastante extravagante, con unos rasgos muy afilados en la cara.
Alfonso, con bastante esfuerzo, le preguntó. ¿Quién eres?
El tipo sonrió, y dijo:
-¿No te acuerdas de mí? ¡Soy Winkel!
A Alfonso se le encendió la bombilla, cuando se fue a levantar de la cama, se dio cuenta de que había algo sobre sus pies. Era ni más ni menos que el pelotón de los siete Crostals nómadas y J.
Reconoció el lugar donde se encontraba, era el bar del pueblo al estilo del lejano oeste que se encontraba en el territorio perdido.
Decidió quedarse a vivir allí, sin tener que preocuparse de la comida ni del techo. Resulta que el grupo de música de Winkel había perdido toda la popularidad al desaparecer él, y había dejado de existir, la mitad de los músicos estaban muertos, y la otra mitad estaban en la cárcel o enganchados a las drogas.
Tiempo después, Alfonso se dio cuenta de que la curvatura del suelo indicaba que el planeta sería mucho más grande que la tierra y que el continente en el que estaba, solo podía ser como mucho, un 0,01 del planeta entero. Así que montó un bote y se propuso explorar los océanos, por descontado, le acompañó Winkel, J y los siete Crostals.
Pero en pocos días, una tormenta les sorprendió y el pequeño y poco trabajado bote fue destruido.
Alfonso se despertó en la playa de una isla, sin ninguno de sus compañeros cerca, otra vez, perdido en aquel extraño mundo, pero ahora con un problema peor: Perdido en un mundo diez veces más grande que la tierra.
En la primera isla (Naturalia), tendremos que conseguir material para construir un barco para ir a la isla de enfrente, en la que encontraremos un pedazo de una carta náutica, que podremos utilizar para visitar nuevas islas.
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