viernes, 10 de abril de 2009

Había una vez...


Había una vez una falta de ortografía que no quería apartarse del camino de las otras palabras. En su obstinación frenaba el flujo de ideas que de su autor emanaban. Tal fue el tapón que se produjo que mezcló a Mario con Luigi, a este con el Wonderland y al mismísimo infierno con con los Worms.

No es una buena idea escribir sin corrección alguna, pero peor es no ir corrigiendo esas lacras que dañan la vista de los lectores.

Estimado "filio mio",te he otorgado, por el presente blog dicharachero, un bello premio para que sigas estimulando tu ingenio y tu amor por los "internetes", pero, a un tiempo, para que a partir de ahora seas mas cuidadoso por el valor de la correcta comunicación y el respeto por todos los idiomas.

¡He dicho!

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